
Gihovany Cano H.
10 jun. 2025
Cuando un propietario busca tomar posesión de su bien frente a un ocupante renuente, la elección de la vía procesal es determinante. Si bien el desalojo, la reivindicación y el proceso de "mejor derecho" pueden servir para este propósito, sus presupuestos son distintos. El desalojo, en particular, solo procede cuando resulta claro que el ocupante carece de todo derecho. Basta que cuente con un título de aparente verosimilitud para descartar esta vía.
Es un criterio reiterado por la Corte Suprema. pronunciamiento más reciente, la Sala Civil Transitoria advirtió que el poseedor invocó una compraventa con fecha cierta y que existía un proceso de nulidad que cuestionaba el título del demandante. Es decir, el debate excedía con creces los márgenes del proceso sumarísimo de desalojo, cuya estructura probatoria restringida no permite resolver casos complejos. En consecuencia, anuló las sentencias de las instancias inferiores (Casación 7-2022-Lima).
Pese a lo señalado, muchos litigantes intentan forzar el desalojo, atraídos por su tramitación más rápida y por el hecho de que la sentencia se ejecuta contra quien ocupe el inmueble (artículo 593 del Código Procesal Civil), sin reparar en que acudir a la vía equivocada puede postergar por años el objetivo de acceder a la posesión. En el caso comentado, se litigó en vano durante ocho años.

